Annamari Seppá y Piia Lindström
son dos de ellas. Finlandesas de Turku que decidieron aprovechar la oferta de
vuelos baratos para pasar cinco días en Oviedo. Ambas se habían juntado en
Londres, una procedente de Finlandia, y la otra de Polonia, donde estudia. Allí
tomaron su enlace a Santiago del Monte.
"Nos ha llamado la atención el
nivel de vida que se ve en Asturias", comenta Annamari Seppá ante el
asentimiento de su compañera de viaje, con la que ha compartido paseos y compras
por el casco antiguo ovetense. Otra impresión que se llevan es la de la limpieza
de las calles, y aunque no han probado "nada especial" de la gastronomía astur,
no pudieron resistirse a "beber sidra... eso sí".
Dicen que, tras su experiencia
asturiana, piensan volver, "pero en verano, cuando llueva algo menos y esté más
templado el tiempo".
Los vuelos baratos también han
facilitado el regreso a Asturias del matrimonio formado por Graham y Heather
Gorton, residentes en un condado próximo a Preston, en el Reino Unido. Ambos
habían pasado por el paraíso natural hace diez años. Fue una escala más en sus
habituales vacaciones por el norte de España, una zona "que nos encanta" y que
visitan de forma asidua "desde 1971".
Esta vez, Graham y Heather
aterrizaron en Bilbao, y tras ver el museo Guggenheim y alquilar un coche se
recorrieron Cantabria, Asturias, Galicia y León. Tras su viaje, dicen haber
confirmado su gusto por la comida asturiana, especialmente "los pescados", y
aseguran haber disfrutado "hasta con la lluvia". Luarca, Cudillero y las
montañas del suroccidente asturiano han sido algunas de sus etapas por la
comunidad autónoma.
La australiana Melinda Martin,
en cambio, se estrenó estos días en Asturias. Junto a su pareja Juan Ford,
descendiente de asturianos, ha pasado cuatro días en Oviedo y en Tapia de
Casariego. Dos palabras resumen su experiencia: "comida y verde". La sidra "el
Cabrales, los pimientos, los chipirones y las navajas" son algunas de las
delicias que entusiasmaron a la visitante llegada desde el otro lado del mundo.
Tampoco "el paisaje tan verde y tan distinto de las llanuras amarillas de
Australia" le pasó desapercibido.
El paisaje fue otro de los
atractivos de Asturias que llamaron la atención de Peter Gough, un hombre de
negocios de Weymouth (Inglaterra) que durante una breve estancia se vio
sorprendido por "esa mezcla de industria pesada y paisaje rural entre Gijón y
Avilés".
De todos modos, aseguró que "el
paisaje asturiano tampoco es muy distinto del británico" y tuvo buenas palabras
para Gijón, una ciudad que le produjo una grata sorpresa "como destino de
descanso y vacaciones".
Un caso distinto es el de
Richard Shennan y Robert Melliard. Ambos son ingleses, pero asturianos de
adopción. En su caso, los vuelos baratos les supone un aliciente, sobre todo
económico, para visitar más a menudo a la familia o atender asuntos de trabajo,
según el caso.
Melliard lleva 25 años viviendo
en Oviedo. Llegó para visitar a una amiga asturiana que acabó siendo su mujer.
En ese tiempo ha podido conocer perfectamente a una gente "muy abierta pero a
veces un poco brusca", y una gastronomía "fuerte, sólo para estómagos jóvenes.
En cuanto a paisaje, él se queda con "los Picos de Europa, Colunga, Somiedo, los
puertos pesqueros...". Para él, los vuelos baratos son una buena noticia no sólo
por su precio. "Antes salir de Asturias era caro y a veces una auténtica
odisea".
Por su parte, el londinense
Richard Shennan lleva quince años en Asturias, un periodo que le ha permitido
comprobar que "el nivel de vida en general ha mejorado". Eso se traduce en que
"ya no es tan barato comprar en Asturias" como hace unos años, al tiempo que
volar hacia su ciudad de origen "es bastante más barato ahora".
Reportaje de Jesús González
Fuente de información:
LaVozdeAsturias