Sin embargo, el museo, el único
en su tipo en el Principado, no ha conseguido atraer de forma masiva a los
visitantes. Las cifras de afluencia son, según la asociación, «escuetas». Aparte
de los escolares, tan sólo se acercan a Panes pequeños grupos de aficionados y
alguna excursión de jubilados.
«También nos consta que muchos
visitantes llegan al museo y se van al encontrarlo cerrado», lamentó José María
Fernández, miembro de Pico Peñamellera. «No podemos pensar en ampliar los
periodos de apertura sin antes lograr que el museo tenga más difusión», explicó.
Y es que esta instalación tan sólo abre sus puertas en Semana Santa y en verano.
El resto del año es necesario pedir cita previa en el Ayuntamiento de
Peñamellera Baja o en la oficina municipal de turismo de Panes.
«Es necesaria una mayor
presencia en los medios informativos, más divulgación y publicidad, pero el
Ayuntamiento no tiene recursos para hacer frente a esos gastos», aseguró
Fernández. De hecho, el museo tan sólo cuenta con un trabajador fijo en los
meses de verano, el resto del tiempo es atendido por personal del Ayuntamiento y
por los propios miembros de la asociación.
Por ello, en Pico Peñamellera
tienen claro que hay que buscar otro tipo de gestión «al margen del
Ayuntamiento». «No es que se esté haciendo mal, es que el Consistorio no tiene
capacidad para asumir esa competencia», matizó el presidente de la asociación,
Isidro Caballero Sardina.
Así las cosas, reclaman un
mayor grado de participación del Gobierno regional y entidades privadas para que
el museo, muy rico en contenidos, pueda llegar a más público. «Nosotros
podríamos gestionar perfectamente el museo si nos ayudan con los medios»,
propuso Caballero Sardina.
Didáctico
A pesar de todo, tras estos dos
años, la asociación hace valora la andadura de la instalación cultural. Con los
pocos medios disponibles, han conseguido crear un espacio que perpetúe la
memoria de los bolos, además de hacer llegar su mensaje a un buen número de
escolares. Y es que, desde sus inicios, la componente didáctica estuvo muy
presente en este proyecto que trata de realzar la importancia histórica de este
juego tradicional asturiano y rendir homenaje a aquellos que han sabido
conservar y transmitir la práctica de los bolos. Esa vertiente didáctica se
refleja de forma significativa en los visitantes. De los 3.500 que han pasado
por las instalaciones desde la inauguración, el 19 de abril de 2003, cerca de un
90% formaban parte de visitas organizadas desde diferentes centros escolares de
todo el Principado.
No en vano, los más pequeños
son los principales destinatarios de las enseñanzas de este museo, ya que por
ellos pasa la única posibilidad de supervivencia de este juego ancestral. «En
algunas zonas los bolos ya han desaparecido. Quedan las boleras, pero no hay
jugadores», apunta Fernández.
El museo trata de incidir en
que los niños se acerquen a la práctica del juego. «Los visitantes también
tienen la posibilidad de jugar una partida al bolo palma, el más arraigado en la
zona más oriental de Asturias, tras recibir unas nociones detalla Fernández.
Además, también se tiene pensado que los colegios interesados en hacer una
visita puedan desarrollar una unidad didáctica con sus alumnos. A partir de esas
unidades didácticas, los más jóvenes aprenderían a distinguir las 14 variantes
del juego que existen en Asturias, a colocar los bolos y a contar los tantos.
También profundizarían en la historia y en la tradición de los bolos, de forma
que «puedan aficionarse y consigamos que, en un futuro, la práctica siga viva».
Al abrigo del museo también se
trata de impulsar la creación de escuelas de bolos, de las que la de Llanes es
la pionera. La intención es también la de lograr que se abran más escuelas.
Contenidos
El Museo de los Bolos de
Asturias realiza un recorrido completo, desde su fabricación por medio de tornos
de carpintero, hasta fotografías y carteles de muchos de los jugadores y las
boleras de Asturias. Las herramientas de cuidado del terreno en el que se
practica o incluso muestras de la arena utilizada forman parte también de sus
contenidos.
La sala principal describe con
todo lujo de detalles las dos grandes modalidades de este juego. Así, se pueden
ver maquetas, descripciones y fotografías de la modalidad de derribo, con la
cuatreada, el bolo palma o los bolos rodaos. También está presente la modalidad
de bolo aventao, que consiste en hacer volar los bolos lo más lejos posible,
representada entre otras por la batiente, los bolos de Tineo o los de Cangas de
Narcea.
La visita se convierte en un
paseo entre todo tipo de bolos y bolas, un amplio catálogo de carteles
anunciadores de campeonatos, fotografías de viejos mitos y de boleras repletas
de jugadores, vídeos y efectos sonoros.
Fuente de información:
ElComercioDigital