Nació el 25 de febrero; se
llama Lucía y, según Marta, su madre, es "demasiado espabilada". Lucía es
noticia porque se ha convertido en el primer bebé nacido en Asturias gracias a
la selección de embriones. Sus padres, que llevaban cinco años intentando tener
descendencia, optaron por el llamado diagnóstico preimplantacional para evitar
transmitir a su futura hija una enfermedad hereditaria.
Esta es precisamente la
principal ventaja de la selección de embriones. El diagnóstico preimplantacional
permite desechar aquellos susceptibles de generar enfermedades para transferir
únicamente al útero materno los sanos. El resultado? Un bebé como Lucía, libre
de cualquier patología.
FRUTO DE LA COLABORACIÓN
La primera niña nacida en
Asturias por selección embrionaria ha sido posible gracias a la colaboración
entre el Centro de Fertilización In Vitro de Asturias (Cefiva) y la Universidad
Autónoma de Barcelona. Los doctores Pedro de la Fuente y Carlos García Ochoa,
ginecólogo y andrólogo de Cefiva, respectivamente, comentan algunas de las
aplicaciones de esta técnica. El diagnóstico preimplantacional está indicado
para evitar enfermedades ligadas al sexo como la hemofilia o el síndrome de
Duchene (atrofía muscular). O también patologías vinculadas a la mutación de un
único gen como la fibrosis quística. Además, es útil para trastornos
relacionados con alteraciones en el número de cromosomas o traslocaciones del
material genético. Es el caso del síndrome de Down o de los abortos de
repetición.
La técnica que ha posibilitado
el nacimiento de Lucía es sencilla de explicar. La paciente se somete a una
extracción de óvulos que son fecundados gracias a la microinyección espermática.
72 Horas después, los embriones están compuestos ya por ocho células o
blastómeros. Una biopsia de apenas dos de estas células se envía a la unidad de
genética molecular de la Universidad Autónoma de Barcelona para su estudio
genético. Hasta el momento, se analizan sólo nueve cromosomas relacionados con
enfermedades hereditarias. Los resultados del examen permiten desechar los
embriones afectados y transferir al útero únicamente los sanos. Así es como
Lucía vino al mundo en febrero y, próximamente, lo harán otros dos niños. Cefiva
comunicó ayer la existencia de dos gestaciones más. Una todavía en el primer
trimestre y otra en el quinto mes de embarazo.
El diagnóstico
preimplantacional se introdujo en España hace apenas una década. Pedro de la
Fuente afirma que, en Asturias, en los últimos años, quince parejas se han
sometido a estos tratamientos de fecundación artificial. Ocho de ellas continúan
recibiendo terapia para lograr lo que ha conseguido ya Marta: dar a luz a un
niño sano.
Fuente de información:
LaVozdeAsturias