
PARQUE JURÁSICO en Asturias
Fecha Martes, 01 junio a las 09:13:44 Tema Cultura
El parque jurásico asturiano fue, probablemente, muy bullicioso, aunque distaba mucho de ser como la Asturias verde de hoy. Tanto que aún faltaban 150 millones de años para que el hombre pintara las cuevas de Tito Bustillo. En cambio, si los ojos de ese hombre hubieran podido contemplar ese paisaje, las pinturas habrían sido muy distintas y las paredes estarían adornadas ahora con asombrosos dinosaurios, cocodrilos, tortugas y peces de especies desaparecidas hace ya más de 65 millones de años.
Sin embargo, en su deambular por lo que hoy es el Principado, esos animales a veces de tamaño fabuloso dejaron algo. Poco en realidad, apenas pequeños vestigios de su intensa y larguísima actividad que prueba el éxito evolutivo que disfrutaron -al fin y al cabo vivieron 30 veces más de lo que llevamos los sapiens sobre la tierra-. Entre dos fallas geológicas de la costa, desde Gijón a Ribadesella, se concentra uno de los mayores yacimientos dispersos de España de icnitas (huellas fosilizadas), huesos y dientes, un verdadero tesoro para los estudiosos. ¿Por qué desaparecieron pese a toda esa actividad, y su larga existencia? Eso sigue siendo un misterio, en realidad uno más de los muchos que rodean a los dinosaurios.
UN PAISAJE JURÁSICO
Si comenzamos por analizar cómo era entonces Asturias, obtendremos algunas claves de esta biblioteca natural. La costa no era acantilada, ni tenía la orientación que ahora tiene; no existía la Cordillera Cantábrica ni los relieves que se originaron mucho más tarde, hace 30 millones de años. Su perfil tampoco no coincidía con el actual, sino que se inclinaba, adentrándose en el mar y con el frente orientado hacia lo que hoy es la zona gallega. La temperatura era muy alta y la vegetación exuberante. De ella queda como vestigio irrefutable la abundancia del azabache en el Principado y, precisamente, en la zona oriental de la región.
La piedra preciosa de color negro fue en su día vegetación, troncos del Jurásico que sufrieron un proceso de transformación bajo presión durante millones de años.
Aridez.
En jurásico inferior se produjo una invasión del mar. El clima era de cierta aridez, el relieve era aún muy suave, sin montañas. Algo más tarde el nivel del mar comenzó a ascender y cubrió toda la región, que quedó sumergida a profundidades que en algunos momentos rebasaron los 50 metros. Ese mar abierto y cálido mostraba una variada y abundante fauna en la que predominaban los moluscos, crustáceos y gusanos. Nadando en esas aguas había además reptiles marinos como ictiosaurios y plesiosaurios, de los que hay huesos fosilizados.
Al comienzo del jurásico superior se produce un cambio drástico en el paisaje asturiano que se traduce en una elevación y emersión del terreno debido a la actividad tectónica. Se creó un relieve irregular, montañoso hacia el suroeste de la región. El clima era también árido, y emerge lo que hoy es la sierra del Sueve. De esta época tenemos los primeros indicios de dinosaurios en tierra firme. En algunos de los cauces fluviales quedaron pequeñas charcas y lagunas de agua dulce donde proliferan algas y crustáceos pequeños.
El término jurásico, por cierto, se debe a los montes del Jura, entre Francia y Suiza. Son 60 millones de años entre el 206 y 144 m.a. Los grandes aparecen en el jurásico inferior y alcanzan su apogeo en el superior. Ahí surgen las primeras aves, pero no había hierba ni se habían desarrollado plantas con flores.
LOS INVESTIGADORES
El equipo del profesor José Carlos García Ramos, de la Facultad de Geológicas de la Universidad de Oviedo, se dedica a rastrear esas pistas, un intenso trabajo de campo que no es aleatorio. Junto a Laura Piñuela y José Lires, Ramos escoge formaciones que sabe que corresponden al jurásico descartando las que se formaron en ambientes marinos; sobre todo en los acantilados de la costa entre Gijón y Ribadesella. Luego se buscan los niveles más favorables para la conservación de las huellas, donde la profundidad del fango no fuera muy grande.
El departamento espera que el Principado dedique recursos para que el equipo de Ramos pueda continuar sus trabajos sobre lo que es, en opinión de Ramos, el yacimiento más importante de España en cuanto a calidad de las huellas, si bien el de La Rioja lo supera en cantidad de impresiones. "Hay que hacer muchas salidas -explica el profesor-porque los materiales de los acantilados son muy inestables, y recuperamos piezas a un ritmo muy alto". Cada vez que llueve se desploman rocas, y esto provoca por un lado que haya nuevos descubrimiento y por el otro se corre el riesgo de que se pierda valiosa información que estaba a la vista. Pero para ello hay que dedicar tiempo y dinero.
En este sentido, García Ramos también cree "muy justificado" que se construya el proyectado museo del Jurásico, que el Principado podría poner en marcha este mismo año. Otros proyectos que llevan a cabo son la realización de un video sobre las rutas del jurásico y el estudio de otros aspectos como la hidrogeología y el uso de la roca jurásica para determinadas construcciones, como se hizo en las iglesias prerrománicas.
LAS HUELLAS
La costa asturiana es un buen lugar para la conservación de las huellas de dinosaurios. Al desplazarse por un sedimento (fango o arena), los animales dejaban pisadas o lo que ahora se llama icnitas, que proporcionan información sobre su comportamiento y constitución: su peso aproximado, si era grande o pequeño, herbívoro o carnívoro, bípedo o cuadrúpedo.
Para que el sustrato se fosilizara era preciso que se rellenara luego de otro material diferente que sellaba las huellas, al cambiar las condiciones geológicas, por ejemplo al subir el nivel del mar.
Las huellas asturianas, por las condiciones del terreno en que se imprimieron (arenisca), aparecen muy claras, retratados muy vivamente sus detalles anatómicos, sus pliegues, o el almohadillado de sus plantas.
La playa de La Griega, en Colunga, ostenta incluso, un récord: en ella se puede apreciar la huella de dinosaurio más grande del mundo. La pisada mide 1,30 metros de longitud y su autor fue un enorme braquiosaurio de 22 metros de largo y de un peso de unas 90 toneladas.
CARACTERÍSTICAS
Cráneo. El tamaño y posición de las oquedades revela que tenían mayor capacidad que la de muchos reptiles vivos, y muchos tenían buen sentido de la vista, oído u olfato.
Columna vertebral con 2 a 11 vértebras sacras.
Caminaban sobre la punta de los dedos, a dos o cuatro patas.
Tenían de tres a cinco dedos en las patas posteriores y de dos a cinco en las anteriores.
Piel lisa o escamosa, algunos de ellos con placas de defensa.
Hay dudas sobre si todos tenían sangre fría o los había de sangre caliente.
Alimentación: El 95%, herbívoros, el resto, carnívoros. Un saurópodo (el herbívoro más grande) comía 150 kilos de alimento por día si era de sangre fría, y hasta 500 kilos si era de sangre caliente.
Salían de huevos, posiblemente sólo algunos tenían crías vivas.
Algunos podían vivir hasta cien años.
TIPOS DE DINOSAURIOS
Los animales jurásicos en Asturias (ordenados por tamaños)
Las huellas y fósiles encontrados podrían corresponder a las siguientes especies u otras parecidas, ya que se puede deducir exactamente qué animales eran a partir de esos restos.
Braquiosaurio. (reptil brazo, saurópodo), Herbívoro. uno de los más grandes, Longitud: 22 metros de largo (12 de alto) peso 77-100 toneladas, jurásico tardío.
Camarosaurio. (reptil de cámara, saurópodo). Herbívoro. De constitución pesada, cabeza grande y roma con ojos grandes y cuatro docenas de dientes grandes. Pudo tener trompa. Longitud: hasta 18 metros. Peso: 18 toneladas. Jurásico tardío.
Ptedoráctilo. (dedo ala) No son dinosaurios. Pudo alimentarse de insectos o peces pequeños. Longitud (envergadura): Según las especies, de 2 a 12 metros de longitud.
Alosaurio. (otro reptil, terópodos) Carnívoro. Un gran predador. Dientes curvos en forma de sierra, cresta ósea baja y estrecha desde los ojos hasta el morro. Longitud: Hasta 11 metros. Peso: de 1 a 2 toneladas.
Camptosaurio. (reptil inclinado, ornitópodos). Eran más grandes y menos ágiles que los hypsilofodóntidos. Cuerpo voluminoso, con patas posteriores grandes y patas anteriores robustas y cortas, cabeza larga y plana, y la parte frontal de la boca como un pico afilado. Longitud de 1,2 a 7 metros. Peso: hasta 500 kilos.
Ceratosaurio. (reptil con cuerno, terópodos). Carnívoro. Tenía un núcleo córneo corto en el morro y placas óseas en la espalda. Las patas anteriores eran cortas pero fuertes. Longitud: 4,5 a 6 metros.
Kentrosaurio. (reptil puntiagudo, estegosáuridos) Herbívoro. En el cuello y los hombros tenía placas triangulares cortas y espinas en el lomo y la cola que le servían de protección. Longitud: 5 metros.
Dryosaurio. (reptil roble, ornitópodos). Herbívoro. De la familia de los veloces hypsilofodóntidos, los velocistas del jurásico, con patas posteriores largas y ágiles. Mandíbulas sin dientes en la parte frontal. Longitud: 2,5 a 4,5 metros.
Ophtalmosaurio. (reptil ojo, ictiosaurios). Carnívoro (peces y cefalópodos) Reptil adaptado a la vida acuática. Debe su nombre al tamaño particularmente enorme de sus ojos, y carece por completo de dientes. Longitud: 4 metros.
Teleosaurio. (reptil terminal). Cocodrilo jurásico carnívoro. Habitó los mares y quizá los estuarios, con el cuerpo típico de un cocodrilo actual, alargado y de dientes finos y puntiagudos, con una pesada coraza. Longitud: 3 metros.
Cryptocleidus. Piscívoro Bien adaptado a la vida marina, cola corta y cuello largo, con extremidades en forma de paletas para nadar. Longitud: 3 metros.
LAS RUTAS DEL JURÁSICO ASTURIANO
Ruta 1: Playa de Merón
Acceso: Hay dos alternativas, una es tomando la desviación desde la carretera comarcal As-256 hasta Careñes, donde hay que dejar el coche e ir por un camino descendente que parte de la iglesia del pueblo en dirección a la playa (900 metros). La otra parte de la desviación de Argüero, siguiendo los carteles indicativos de la playa.
Una vez allí se inicia el recorrido hacia el oeste por el pie del acantilado durante unos 600 metros hasta llegar a un estrato de arenisca de la formación Lastres. Sobre su superficie se conserva el rastro de un saurópodo (cuadrúpedo), formado por 12 huellas consecutivas de manos y pies. También hay icnitas tridáctilas dispersas de bípedos.
Ruta 2: Acantilados de Oles
Acceso: Partiendo de la comarcal As-256, a la altura de El Gobernador, se toma la desviación que conduce a Oles y Tazones. Al llegar a la primera de estas dos localidades, parte a la izquierda una carretera asfaltada y muy estrecha que se dirige hacia el norte pasando por delante de la iglesia parroquial de Oles, en donde hay un pequeño aparcamiento para dejar el vehículo. Desde ahí parte un camino que debe seguirse 900 metros hasta enlazar con una senda tras un giro de 90 grados hacia el oeste, que acaba justo encima de un amplio estrato de arenisca un poco inclinado hacia el mar.
Ruta: Hay 12 rastros de dinosaurios bípedos orientados en diversas direcciones. Las rocas pertenecen a la formación Lastres y entre ellas destacan varios estratos de arenisca con superficies onduladas debidas a corrientes de agua y al oleaje jurásicos.
Ruta 3: Faro de Tazones
Acceso: El panel explicativo está situado en el comienzo de un camino que parte del lado izquierdo de la carretera que conduce al faro. Siguiendo la señalización se accede al acantilado tras un recorrido de 1.300 metros.
Ruta: Allí mismo, sobre una laja de roca ligeramente inclinada hacia el mar se encuentra la primera huella tridáctila de dinosaurio. A partir de aquí, continuando hacia la derecha (este) se accede a la superficie de un estrato de arenisca, inclinado unos 25 grados hacia el mar, que muestra multitud de icnitas tridáctilas que se cruzan en varias direcciones y constituyen varios rastros, así como una huella de arrastre de cola. Esta constituye un ejemplo raro en el registro fósil, dado que, a diferencia de lo que se pensaba hasta hace poco, los dinosaurios caminaban con la cola erguida para mantener el equilibrio.
Otros 60 metros más allá en la misma dirección, en la pared vertical del acantilado, se ven icnitas de cuadrúpedos con relleno areniscoso a modo de abultamiento. Todo ello pertenece a la formación de Lastres .
Ruta 4: Puerto de Tazones
Acceso y ruta: Partiendo del panel explicativo que se sigue por la playa y el acantilado, a unos 120 metros de aquel, sobre la superficie de un estrato gris de la formación Tereñes, inclinado unos 45 grados, se observan varias icnitas tridáctilas de dinosaurios bípedos orientadas en varias direcciones. Algunas de ellas constituyen un rastro.
Si continuamos unos 480 metros más allá en la misma dirección y ya dentro de la formación Vega, de origen fluvial, se divisa otra huella tridáctila de dinosaurio que forma un contramolde en la base de un alero de arenisca situado a varios metros de altura.
En el acantilado del extremo oeste de Tazones y pocos metros después de rebasar el espigón del puerto se observar un magnífico ejemplo de falla vertical dentro de una sucesión alternante de areniscas, lutitas y margas. Unos pocos metros más adelante se pueden ver varios ejemplos de huellas de raíces verticales rodeadas por un halo verde pálido sobre un fondo de roca rojiza que representan paleosuelos jurásicos.
Ruta 5: Acantilados de Lastres
Acceso y ruta: Partiendo del panel explicativo que se sigue por la playa y el acantilado, a unos 120 metros de aquel, sobre la superficie de un estrato gris de la formación Tereñes, inclinado unos 45 grados, se observan varias icnitas tridáctilas de dinosaurios bípedos orientadas en varias direcciones. Algunas de ellas constituyen un rastro.
Si continuamos unos 480 metros más allá en la misma dirección y ya dentro de la formación Vega, de origen fluvial, se divisa otra huella tridáctila de dinosaurio que forma un contramolde en la base de un alero de arenisca situado a varios metros de altura.
En el acantilado del extremo oeste de Tazones y pocos metros después de rebasar el espigón del puerto se observar un magnífico ejemplo de falla vertical dentro de una sucesión alternante de areniscas, lutitas y margas. Unos pocos metros más adelante se pueden ver varios ejemplos de huellas de raíces verticales rodeadas por un halo verde pálido sobre un fondo de roca rojiza que representan paleosuelos jurásicos.
Ruta 6: Playa de La Griega
Acceso: La ruta comienza muy cerca de Lastres (concejo de Colunga) en el panel explicativo situado en el margen derecho de la ría, inmediatamente después de rebasar el puente que la cruza, muy próximo al camping. A partir de aquí se continúa en dirección al acantilado de la parte oriental de la playa.
Ruta: A unos 500 metros del panel explicativo aparecen en la superficie de un bloque suelto de arenisca roja, dos protuberancias de escala decimétrica que corresponden a contramoldes de una huella de la mano y otra del pie de dinosaurios cuadrúpedos, orientadas en direcciones opuestas.
Siguiendo por el mismo borde del acantilado otros 150 metros se llega a un estrato de arenisca suavemente inclinado hacia el mar cuya superficie está atravesada por diaclasas (grietas de origen tectónico) en varias direcciones. A menos de un metro por encima hay una caliza gris que contiene diminutos fósiles de gasterópodos y diversas depresiones grandes (de hasta 1,3 metros de diámetro) redondeadas. Son icnitas de grandes dinosaurios cuadrúpedos, las más grandes de España, aunque en una deficiente conservación.También se puede observar un rastro de 6 huellas de saurópodo de menor tamaño.
Lateralmente y sobre la misma superficie aparecen otras icnitas tridáctilas que forman un rastro algo más difícil de identificar. La distancia entre el panel explicativo y el final del itinerario es de unos 600 metros.
Ruta 7: Playa de Vega
Acceso: El acceso desde la carretera de la costa N-632 se encuentra en los alrededores de la localidad de Torre, unos 6 kilómetros al este de Ribadesella. De ahí parte una carretera asfaltada de 1,8 kilómetros que conduce hasta la playa de Vega.
Ruta: A escasos metros del extremo oriental del aparcamiento se ven formaciones que contienen abundantes fósiles marinos. Por encima de ellas se dispone una capa de conglomerado de cantos silíceos de un metro de espesor; 8 metros por encima se ve un estrato de arenisca en cuya base hay varias huellas tridáctilas de dinosaurios bípedos.
Ruta 8: Acantilados de Tereñes
Acceso: Se toma la carretera de subida a Tereñes hasta llegar a un alto en donde la misma hace un brusco giro a la izquierda, en un cruce de caminos. A partir de aquí, en donde está situado el panel explicativo, se toma una estrecha carretera en ligero descenso durante 200 metros, de donde parte un camino a la derecha que conduce al acantilado.
Ruta: Una vez allí, se comienza el recorrido de derecha a izquierda (hacia el oeste). Pueden observarse diversas icnitas de dinosaurio, entre las que destacan tres rastros, dos de dinosaurios bípedos y tridáctilos y otro muy espectacular de cuadrúpedos, en el que se ven huellas de manos y pies.
En una pequeña ensenada a unos 90 metros al suroeste del peñón del Forno se encuentra un bloque de arenisca rojiza caído al pie del acantilado en el que se encuentran huellas tridáctilas de pequeño tamaño creadas por dinosaurios bípedos.
El recorrido total por la base del acantilado que contiene las principales icnitas así como ejemplos muy llamativos de grietas de desecación jurasicas es de unos 400 metros.
Ruta 9: Playa de Ribadesella
Acceso: Ribadesella, a unos 95 kilómetros de Gijón en dirección este. En el extremo oeste de la playa de Santa Marina hay un panel explicativo. Si se mira hacia el sur, se divisan calizas grises del carbonífero que destacan en el relieve de la pared vertical.
Ruta: cerca del final del paseo encontramos una alternancia de margas y calizas con intercalación de areniscas, que se prolonga por el acantilado hacia el oeste. Muestra diversos niveles ricos en lamelibranquios muy pequeños, así como grietas de desecación y frecuentes icnitas de dinosaurios. Estas aparecen en la superficie de los estratos como depresiones de contorno ovalado o tridáctilo.
En la misma bajada al acantilado desde el mirador del final del paseo pueden verse algunas de estas huellas. A partir de aquí y siguiendo unos 150 metros hacia el oeste por la base del mismo se encuentra una gran laja de caliza arenosa inclinada al mar unos 80 grados. Sobre ella hay varios rastros de pisadas de saurópodos (cuadrúpedos).
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