Fernando Alonso, marca registrada
Fecha Miércoles, 23 marzo a las 10:58:14
Tema Deportes


Hace apenas unos meses, el todavía presidente mundial del Grupo Renault, Louis Schweitzer, indicaba, ante un pequeño grupo de periodistas de prensa económica, que Alonso ayudará a la marca francesa a vender cuatro millones de coches al año. «Entre ese deseo y Fernando hay un claro nexo de unión», manifestó a preguntas de uno de los presentes. Unas semanas después, el director de marketing de la marca, Jean Pierre Laurent, aseguraba, en circunstancias similares, que sus previsiones en Europa eran mantener la cuota de mercado. Medio en broma, medio en serio, añadió: «Si Alonso empieza a ganar títulos, nuestras ventas se pueden disparar».

Y es que tres generaciones de la familia Alonso estuvieron mezclando nitroglicerina con serrines y nitratos sin saber que el explosivo estaba en sus genes. El piloto asturiano no sólo se ha instalado en la élite de la Fórmula-1, sino que se ha convertido en toda una mina. Su actual contrato con la escudería del rombo está muy por debajo de la capacidad que ya ha demostrado -percibe alrededor de tres millones de euros-, pero sus ingresos en concepto de publicidad e imagen multiplican sus ganancias, como mínimo, por tres.

«Es un producto publicitario del máximo nivel», afirma una persona del departamento de marketing de Renault, al tiempo que hace hincapié en el valor de la imagen del piloto por «su juventud, su gran potencial de futuro y su proyección internacional». Al 'Príncipe de la F-1', como le han bautizado en Argentina, le llueven las ofertas de las marcas que invierten en patrocinios simplemente porque todo lo que anuncia se convierte en dinero y en éxito inmediato. Ha sabido, a sus 23 años, conjugar sus éxitos deportivos con la explotación de su imagen para convertirse en todo un icono. «Esperábamos cosas de Fernando, pero no tantas. Sabíamos que era bueno, pero no tanto», asumen en su escudería.

Alonso, Renault y Telefónica cerraron el pasado año un acuerdo a tres bandas que llevaban negociando desde tiempo atrás. El piloto lucirá la publicidad de la empresa de telecomunicaciones española hasta el 2008 -casco y mono-, mientras que el equipo lo hará durante esta temporada (ampliable una más) y cederá su espacio en el alerón trasero y delantero del monoplaza y en el mono de todos los integrantes del cuerpo técnico. El precio total de la operación supera levemente los 10 millones de euros anuales: 1,6 para el piloto y 8,5 para el equipo.

La responsabilidad de la gestión del márketing e imagen la tiene el abogado y amigo de la familia Luis García Abad, que no se separa del ovetense si a sol ni a sombra. El mismo al que sorprendió puro en mano -llevaba dos años sin fumar- la llamada de felicitación del Rey Juan Carlos cuando Alonso todavía no había completado su vuelta de honor en Malasia. Sin embargo, a nivel internacional, los contratos deben firmarse con FB Management, la empresa de Flavio Briatore, la cual decide también sobre su destino deportivo, por lo menos, durante este año.

Decisiones polémicas

El asturiano vive al minuto. FB, en cambio, está acostumbrada a negociar con las milésimas. De hecho, ha tenido que lidiar con muchos problemas. Por ejemplo, con el Circuito de Catalunya cuando, en una campaña promocional, regaló una gorra de Alonso por la compra de cada localidad. El requerimiento de la empresa británica acabó en un pequeño lío con Renault España, que se las había vendido a los responsables de Montmeló.

Esa misma premisa llevó a sus agentes a obligar a dos peñas asturianas a cambiar sus nombres para evitar una utilización fraudulenta de su imagen. Una se llamaba Fernando Alonso y tuvo que pasar a denominarse F-1 Oviedo. La otra, Magic Alonso, es conocida ahora simplemente por Magic. Otro conflicto surgió con la publicación de varios libros biográficos no autorizados y con el nombre del piloto en su portada.

Pero el de Renault no tiene compromisos sólo con Telefónica, sino también, entre otros, con LeasePlan, con la empresa de barritas reconstituyentes Hero, con las consolas PlayStation, con los relojes Sandoz, con la línea de ropa italiana Guru y con la promotora inmobiliaria GrupoPinar -que patrocina su página web-. Al margen, realiza también acciones puntuales en campañas publicitarias, como la de Gillette. «La influencia de Alonso no es palpable y es difícil de cuantificar, pero sí es cierto que su imagen ayuda mucho», reconoce el director de comunicación de Renault, Jesús Collanzos. «En Canat -empresa que gestiona la publicidad de la marca- nos han dicho que el índice de notoriedad con Fernando se ha duplicado», añade.

Otra de las empresas que ha sabido aprovechar el tirón del ovetense ha sido Telecinco, propietaria de los derechos de retransmisión del campeonato, que registró durante el Gran Premio de Malasia una cuota de pantalla del 55,8% -casi dos millones de personas- y un 30,7%, en la repetición. La cadena ya ha vendido, con un año de antelación, el 70% del espacio publicitario de la F-1.

Los ingresos por los productos oficiales de Renault F-1 superaron el año pasado los 3,5 millones de euros y su página web supera las 500.000 entradas los días de carrera. Seguramente, el Megane no es capaz de hacer la vuelta rápida en un circuito sólo porque su imagen se asocie a la del asturiano. Sin embargo, se convirtió en el coche más vendido en 2004 gracias, en parte, a la serie de anuncios publicitarios con unos de los deportistas más destacados del panorama nacional e internacional. Y es que Fernando Alonso ya no es sólo un piloto del 'circo' del automovilismo, sino todo un fenómeno social.

Fuente de información: ElComercioDigital







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