Acercarse a pasear entre las
callejuelas del asentamiento castreño del Chao San Martín evoca el recuerdo de
los pobladores que se asentaron allá por el siglo IV antes de Jesucristo, en
Grandas de Salime, fortificando lo que hoy se ha convertido en la mayor muestra
de la cultura castreña en Asturias. Los testimonios de los historiadores
remontan la historia del castro a antes de la época romana. En el siglo I, el
Chao era el núcleo administrativo de la zona, donde se asentaban los dirigentes
que controlaban el mercado del oro, pero a mediados del siglo II, los pobladores
de este asentamiento se vieron obligados a abandonar el Chao debido a un
movimiento sísmico que azotó la estabilidad del concejo.
La creación del Parque
Histórico del Navia no podía dejar de lado esta parte de la historia y del
origen del valle del Navia. La puerta que rinde homenaje a los primeros
pobladores ya comienza a levantarse en el Chao de San Martín. Es el centro de
interpretación, que da entrada al Parque Histórico del Navia, y permite evocar
los vestigios de los túmulos funerarios, la historia de la minería del oro y la
mayor colección de cerámicas localizada en los asentamientos castreños del norte
de España.
El centro de interpretación se
forja como un edificio para comprender el Parque Histórico del Navia, que
muestre al visitante la cultura, costumbres y los lugares a visitar en toda la
comarca del Navia y del Porcía. Este edificio contará con una oficina de
información, reunión, descanso y venta de diversos productos típicos y artesanos
de la cuenca. Una segunda sala se destinará a la exposición de piezas obtenidas
del yacimiento, fotos, maquetas, reproducciones a tamaño real e incluso una
visualización del Chao desde el edificio. Toda una vuelta atrás en el tiempo
para mostrar al visitante un pueblo con más de 2.000 años. El centro también
albergará un área de investigación.
El edificio se encuentra
ubicado en una colina, lugar estratégico que permite un dominio visual del
paisaje y del yacimiento. El proyecto de este centro de interpretación plantea
un edifico alargado, siguiendo las curvas de nivel existentes, sin mucho fondo y
dispuesto en dos bancadas con una pequeña diferencia de altura entre ellas. De
esta manera se consigue una edificación escasamente agresiva, pero que tiene
presencia y supone una referencia clara en el valle. El vestíbulo de entrada es
un espacio diáfano, de doble altura, desde el que se entiende todo el edifico y
se avistan todas las estancias a recorrer. Este es el lugar destinado a la
información del parque y el punto de llegada y encuentro. Es el punto bien de
partida o de fin de recorrido, de toda una historia que se extiende a lo largo
de todo el valle del Navia, la cultura castreña. Desde este punto, por medio de
una pequeña rampa que salva el desnivel entre las dos plataformas y precedida
por una pequeña sala de proyecciones se introduce al visitante en la historia
del Chao.
La primera planta domina todo
el edificio, obteniendo otro ángulo de visión de la exposición. Además, su
privilegiada ubicación permite dominar todo el paisaje a través de un gran
ventanal que mira directamente al Chao y que remata la parte dedicada al
yacimiento, mejorando su comprensión. Una vez en el exterior y en el camino de
salida hacia el Chao se proyectan tres pequeñas edificaciones, de forma cúbica,
que servirán como elementos de exposición y venta de productos artesanales y
naturales.
Por último, conectada pero
independiente al edificio, se encuentra el ala de investigación, con su
aparcamiento independiente.
La puerta de los primeros
pobladores en Grandas de Salime incita a conocer la cultura del valle del Navia,
donde se combinan historias de la mar, recuerdos de casonas de palacio y cultura
de primeros pobladores, todo un resurgir de la Asturias occidental que se decide
a descubrir los secretos guardados en las muestras cerámicas, los libros de
bitácora y en la memoria de las curtidas manos de los sabios ancianos del
Occidente.
Fuente de información:
LaNuevaEspaña